Angélica Bernabé es egresada de a Facultad de Psicología y Directora del Centro Especializado de Tartamudez en el Perú.
«Hay cosas de la PUCP que me han marcado y me han servido mucho. Algo que me impactó demasiado, fue la calidad de enseñanza de los profesores. Hay profesores que conocí y que nunca voy a olvidar. Docentes que te transmitían la pasión que sienten por su carrera y los alumnos lo percibíamos en clase a través de las dinámicas que hacían. Hay profesores que me han marcado y que hasta ahora los recuerdo claramente. Ellos despiertan mi interés en la docencia universitaria y hacen que mi meta sea dictar también como ellos».
Angélica también nos cuenta qué la motivó a especializarse en la tartamudez.
«Lo que pasa es que yo soy una persona con tartamudez. No se me escucha tartamudear todo el tiempo ahora pero yo he tenido tartamudez toda mi vida. Desde que tengo memoria, siempre supe que quería trabajar en este campo y sobre todo, empecé a estudiar el tema y me di cuenta que en realidad, en Europa y Estados Unidos, existían centros de tartamudez pero que en Perú no existían centros enfocados en esta área. Entonces fue allí cuando yo decidí formar mi centro de tartamudez. Empezamos solamente dos, ahora somos diez personas que trabajamos en esta tarea. y ha sido todo por motivación propia, por un lado, de querer ayudar a más personas que tartamudean y sus familias para que puedan tener un tratamiento de calidad.
Pero por otro lado, también hacer la información accesible a diversos colegas de Sudamérica o de España, por ejemplo, porque también sabemos que no hay información sobre este tema en español y la información más actualizada está en inglés. Es complicado porque no llega la información para todos por la diferencia de idioma, entonces mi trabajo también es traer información de otros países que sí hablen este idioma y poder hacerlo accesible a mis colegas en Latinoamérica».
También nos comenta que en nuestro país aún no se le da la debida importancia a este trastorno del habla que afecta a más de 300, 000 peruanos.
«No. Definitivamente, no. Y creo que es por eso que mi centro creció tanto, porque existía esta necesidad. Había esta necesidad de que no había ningún centro especializado en este tema, pero en países como Inglaterra, como Alemania, como Portugal, como Estados Unidos, es común encontrar centros así. De hecho, creo que somos tres centros de tartamudez en todo Sudamérica. Entonces había esta necesidad. Había esta necesidad de estar actualizando y actualizando a los profesionales. Había esta necesidad de que hayan cursos que te traigan literalmente lo último que va saliendo cada año, no lo que salió hace cinco años. Y habían muchos colegas que no sabían cómo tratar la tartamudez. Ahora lo que hacemos es brindarnos esta información y hacerla lo más accesible posible».
Debido a su experiencia y sus investigaciones en este tema, ella logró ganar el premio «Clinician Award» de la International Fluency Association (IFA).
«Yo sabía de estos premios y esperaba poder ganar algo de eso en diez años pero que me dieran este premio ahora fue una sorpresa increíble. No sé cómo supieron de mí, no sé cómo escucharon sobre mi trabajo pero ese día lloré de felicidad y llamé a mi familia para contarles y fue una alegría enorme porque este congreso en el cual se me va a dar este premio, es el congreso más importante de tartamudez en el mundo. Entonces que me den un reconocimiento de este tipo fue algo que simplemente no esperé pero que me puso muy contenta y creo que es una enorme motivación para poder seguir trabajando por las personas que tenemos tartamudez».
Finalmente, nos deja un mensaje para todas las personas interesadas en estudiar la tartamudez.
«Tengo muchas cosas en mente. Creo que algo muy importante es que como futuros profesionales tenemos que aceptar la tartamudez, pues durante muchos años ha existido esa idea de que la tartamudez es algo super malo, que es algo horrible, que le pasa a las personas y que debe ser curado o eliminado, pero la verdad es que a la fecha en ningún lugar del mundo existe una cura o una forma de eliminar la tartamudez. La mejor forma o lo que mejor podemos hacer es llegar a convivir con ella, a vivir una vida sana, una vida tranquila con nuestra tartamudez y por eso un profesional va a impactar mucho en la vida de las personas.
Si un profesional acepta la tartamudez, se les hará mucho más fácil a las personas aceptar la tartamudez también. Y eso implica mucho, incluso la forma en la que hablamos sobre el tema, porque usualmente escuchamos cosas de “ah esta persona tiene el problema de tartamudez “ o “esta persona tiene este defecto en el habla” y todas esas frases y todo un lenguaje no amigable. Entonces creo que tenemos que cambiar la narrativa y como se ha visto en la tartamudez a través del tiempo. Empezar a mirarla como una parte de nosotros que no nos tiene que traer todas esas desventajas o estereotipos que se les puede atribuir.
Todos podemos llegar a a ser lo que queramos. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tiene tartamudez y es el presidente Estados Unidos. Esas son las cosas que no tienen que limitarnos. Existe una frase que me gusta mucho que dice: “ La tartamudez es más que solo tartamudear” y justamente este hecho de que muchas veces las terapias se enfocan únicamente en darle técnicas del habla a la persona, pero no se aborda este lado psicológico. La tartamudez no es solamente las veces que se me escucha tartamudear, sino la tartamudez es cómo me siento, cómo pienso, cómo actúo o cómo responde mi familia, cómo responde la profesora del colegio de ese niño, qué piensan los hermanos, etcétera. La tartamudez no se trata solamente con las técnicas del habla que te dice y ahí justamente es donde la Psicología juega un rol muy importante para mejorar la calidad de vida de las personas, para que la persona tenga ochenta años y pueda seguir sintiéndose bien».
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